No hay sino nacer y morir, lo demás es cosa vana.
Y hasta aquí el espoiler.
La primera vez que escuche hablar de «Lo demás es cosa vana» (Cristóbal Medina, Editorial Chiado) fue a través de Pablo Garcinuño. No recuerdo si fue entre cañas, en un tuit o bajo qué medio, pero sí que las palabras del 4palero fueron algo así como: «Tenéis que leer el libro, porque ves en la Ávila de hace siglos la Ávila de hoy».
Aquello me picó la curiosidad, y prometí darle una oportunidad al libro si llegaba el momento. Y llegó, gracias a aquel encuentro de novelistas del que saqué un buen botín de libros.
Tardé en empezarlo (es un libro contundente) pero al hacerlo el ritmo fue de 150 páginas cada tirón. La narrativa de Medina engancha, con una mezcla de aventuras y humor bien conformada que te lleva de Ávila al Nuevo Mundo en un intrépido viaje tras una quimera.
«Me enamoré del México antiguo documentándome para mi novela» ponía el autor en su Twitter. Y así vas haciendo también como lector desde que sales de la Muralla camino del sur, aunque antes, en esa senda, una peculiar sonrisa se cruce en tu camino…
@trapseia Muchas gracias, es lo que pretendía. No sé si supe escribir esa forma de reír, pero yo la oigo en mi cabeza.
— Cristóbal Medina (@CristbalMedina) agosto 29, 2014
¿Les va picando la curiosidad? Una novela con abulenses que se adentran en una de las mayores aventuras de la historia. Pero… ¿de dónde viene el título? Copiopego del blog de Cristóbal… «La frase del encabezado, que expresa la sabiduría de la resignación, se la oí por primera vez, en una conferencia al profesor Serafín de Tapia, hablando de convertidos a la fuerza a una religión, que no era con la que fueron amamantados. Él la recogió de una judeoconversa, yo la aplico a un morisco. Lo mismo da. No hay, sino nacer y morir, lo demás es cosa vana.»
@trapseia Como dice la portada "Un intrépido viaje tras una quimera". El lema no engaña y siempre ha estado ahí, desde el principio.
— Serzi (@serzisanz) septiembre 14, 2014
¿Un adelanto?
El final me encantó, con un tono agridulce como no podía ser de otra forma por el propio devenir de la historia. Espero que hagan como yo, y si en algún momento la curiosidad les puede, o en una librería buscan una obra con la que vivir un viaje diferente… apuesten por meterse de marineros en el navío de Cristóbal Medina, sin duda uno de los mejores escritos a los que he echado el diente en los últimos meses. Escrito de forma cuidada, equilibrando el crecimiento de los personajes, la presencia del humor y de la aventura, y los golpes que sin duda nos han de venir.
Enhorabuena, Cristóbal.
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