Los 4 Palos

Un blog de abulenses sobre Ávila


El problema de los tres cuerpos

Haters gonna hate, nos había advertido ya la dueña del mundo (Taylor). Así, de entre todas las críticas recibidas por la serie de Netflix «El problema de los tres cuerpos», una me dejó especialmente desorbitado: «si los bichos están en un planeta que gira alrededor de tres soles, el problema no es de tres cuerpos, sino de cuatro». Los que odian van a odiar, sí. Pero razón tenía, no cabe duda.

Entonces mis neuronas hicieron sizigia y vi la luz: «Lo del Mercado Chico es, en efecto, un problema de los tres cuerpos… que son cuatro».

Ya lo habrán visto en las noticias: que si te apruebo los presupuestos, que si no; pues a ver si hacéis un gobierno de coalición, pues ponte de acuerdo; pues no, ponte de acuerdo tú; que no, que acuérdate tú.

Así que tenemos el sol amarillo, ganador de las elecciones. El sol azul, que quería volver a ganar pero no lo hizo. El sol rojo que parece que sí pero luego que no. Y el sol verde, que tiene también sus propios problemas y sabores gallardos. La cosa, como ven, reviste gravedad.

«A pesar de ser una serie de ficción, la trama se sustenta en una teoría científica real que, en pocas palabras, afirma que al tener tres cuerpos celestes cerca uno del otro se ejerce una cantidad de fuerza que hace que el sistema pierda forma y resulte en eventos catastróficos». Pues eso, pero a lo municipal.

«Don’t play with God» alerta Ye Wenjie, con malicia y astucia, en un momento clave de la serie, del libro, de la historia de la humanidad (lo dejo así para que se lean el libro, vean la serie china o acaben pasándose por Netflix si disponen del tiempo y la posibilidad). Y, por cerrar el paralelismo, de eso se trata, o de eso tratará con el tiempo. God, en nuestra historia, es el abulense. El que irá a las urnas en su momento y dictará sentencia de quien es el culpable de andar con la ciudad con tanto sol y tan poca luz.



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